El Valencia Basket, campeón de la Copa de la Reina al aplastar al Casademont Zaragoza | Baloncesto | Deportes – Technologist

El Valencia Basket reafirmó su supremacía en el baloncesto español y, diez meses después de ganar la Liga, completó la colección de títulos nacionales con el único que le faltaba -tiene dos Supercopas-, la Copa de la Reina. Un trofeo que logró después de aplastar (77-53) a un gran rival, el Casademont Zaragoza, que sufrió mucho con la defensa de las valencianas y con un horario infernal que le obligó a disputar tres partidos en solo 40 horas. Una programación demencial que perjudicó el espectáculo.

La Copa encumbró a una reina inesperada. Leti Romero llevaba una temporada sin grandes alardes y salió de Huelva, del Palacio de Deportes Carolina Marín, con el título y el MVP después de una actuación portentosa, con 17 puntos en la primera mitad. La base canaria se convirtió en un tormento ofensivo que el Casademont Zaragoza pudo haber compensado con un buen ataque, pero ahí chocó con la extraordinaria defensa del Valencia Basket, especialmente la protagonizada por las exteriores Queralt Casas, que devoró a Leo Fiebich, la estrella del Zaragoza, y Ialina Iagupova, la alero ucraniana que prácticamente dobló el poderío físico de Tanaya Atkinson.

El gran esfuerzo coral de las jugadoras de Rubén Burgos lo completaron las dos interiores, Nadia Fingall y Marriett Hempe, que también ganaron los duelos en la pintura. Fiebich acabó desquiciada después de que Queralt solo le permitiera anotar cuatro puntos en 34 minutos. La alemana solo respiró cuando su par se marchó al banquillo, con el pabellón en pie y la final resuelta.

Las jugadoras del Valencia Basket celebran su victoria, este domingo en
Huelva.
julian perez (FE)

El músculo defensivo del Valencia Basket dejó algunos datos reveladores. Uno fue que el Casademont Zaragoza solo pudo rascar tres rebotes ofensivos en toda la final. Otro, que en el primero cuarto de los 12 únicos puntos que pudo lograr el equipo de Carlos Cantero siete fueron en tiros libres. A eso solo pudo sumarle una canasta de dos y un triple. El Valencia, un día después de su recital defensivo ante el Movistar Estudiantes, al que tuvo casi nueve minutos sin anotar en el primer cuarto, le estaba mandando un mensaje muy claro a su contrincante, que iba a tener que sufrir mucho para superar su defensa.

Cantero no sabía cómo frenar todo lo que se le venía encima. Primero sentó a Mariona Ortiz, la mejor de su equipo en las semifinales, al ver que era incapaz de contener el acierto en ataque de Romero, que sacaba petróleo del ‘pick-and-roll’. Y después a Leo Fiebich, que apenas le daba para respirar con Queralt Casas pegada a ella.

El Valencia Basket también demostró que tiene una plantilla concebida para ganar los títulos. En la primera mitad de la temporada pasó una crisis que le llevó a deshacerse de Rebeca Allen. Su suerte fue que se encontró un trébol de cuatro hojas en medio del mercado de invierno: la doble MVP de la Euroliga Alina Iagupova. Una mujer con un poderío físico tan llamativo que cambió la suerte del Valencia Basket. Aunque ahí también tuvo mucho que ver la templanza de Rubén Burgos, un año más sabio, el técnico con el que ascendió a la máxima categoría en 2018 y que hoy, seis años después, dirige a un conjunto campeón.

El Casademont Zaragoza lo intentó con todas las combinaciones posibles. Jugando una papeleta a la lotería de su bombardera Petra Holesinska, dándole minutos a Aleksa Gulbe, que ha redondeado una Copa notable, o tentando a la suerte con una defensa en zona que no dio sus frutos. Las todavía campeonas se colocaron a seis puntos (24-18). No pasaron de ahí. A Leti Romero le daba igual lo que se encontrara delante. La jugadora de Agüimes (Gran Canaria) tuvo uno de esos días en los que las tiradoras ven el aro algo más grande de lo habitual y, sobrada de confianza después de una Copa excelente, metió cinco puntos en el último minuto del segundo cuarto para lanzar a su equipo 17 puntos por delante al descanso (47-30).

La base del Valencia Critina Oubiña (derecha) controla el balón ante una jugadora del Casademont Zaragoza, este domingo.
La base del Valencia Critina Oubiña (derecha) controla el balón ante una jugadora del Casademont Zaragoza, este domingo.julian perez (FE)

El Casademont Zaragoza no aguantaba el desafío que le proponía con su defensa el equipo valenciano y, minuto a minuto, se fue hundiendo ante un equipo que no aflojaba. El absurdo horario de esta Copa, tan dispar también, con un partido el viernes que acabó casi a las once de la noche, un segundo el sábado, con 17 horas de descanso, a las 15 horas, y la final, sin 18 horas para reponerse, a las 12.30 del domingo, dejó sin fuelle a las defensoras del título, que acabaron aplastadas bajo el puño de un Valencia Basket implacable.

El nuevo campeón ni siquiera echó de menos a Raquel Carrera, su jugadora franquicia, toda una estrella del baloncesto europeo, lesionada gravemente -rotura del ligamento cruzado de la rodilla- en el primer partido. Sus compañeras dieron un paso al frente para regalarle esta Copa, y por delante de todas, Leti Romero, una jugadora que deslumbró desde niña. La base debutó en la Liga Femenina con solo 15 años y fue la MVP del Europeo sub20. Después de tres años en la liga universitaria estadounidense renunció a la WNBA y volvió a Europa para jugar en el USK Praga. Hasta que, en 2019, se subió al proyecto ganador del Valencia Basket con el que ha ganado títulos muy importantes. Esta temporada no lograba brillar. Su mejor anotación era de 13 puntos. Hasta que llegó a Huelva y desplegó todo su talento (19 punto y cuatro rebotes) para guiar a su equipo al título de Copa.

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