Sin fútbol ni gloria olímpica para la peor España | Juegos Olímpicos París 2024 – Technologist
Hubo que acudir a la cuartilla de las alineaciones para confirmar que en el césped estaban jugando las campeonas del mundo, las que alcanzaron la cumbre del planeta hace un año y han gobernado los últimos meses con una autoridad aplastante. Ahí figuraban sus nombres, sí, pero solo eso. De su fútbol nada se supo en las semifinales olímpicas.
4
Lorena, Thaís Ferreira, Lauren (Kerolin, min. 76), Tarciane, Yayá, Angelina (Duda Sampaio, min. 55), Ludmila (Adriana, min. 55), Yasmim, Priscila (Gabi Nunes, min. 76), Gabi Portilho y Jheniffer (Ana Vitória, min. 68)
2
Cata Coll, Olga Carmona (Oihane Hernández, min. 45), Irene Paredes (Laia Aleixandri, min. 51), Ona Batlle, Laia Codina (Alexia Putellas, min. 76), Jenni Hermoso, Aitana Bonmatí, Teresa Abelleira (Patri Guijarro, min. 64), Mariona Caldentey, Salma Paralluelo y Eva Navarro (Athenea del Castillo, min. 45)
Goles
1-0 min. 5: Irene Paredes. 2-0 min. 48: Gabi Portilho. 3-0 min. 70: Adriana. 3-1 min. 84: Salma Paralluelo. 4-1 min. 90: Kerolin. 4-2 min. 101: Salma Paralluelo
Arbitro Rebecca Welch
Tarjetas amarillas
Teresa Abelleira (min. 48), Cata Coll (min. 89), Gabi Portilho (min. 89), Adriana (min. 98)
Su naufragio resultó absoluto ante la enérgica Brasil. Una ruina en defensa y sin amenaza en ataque hasta la carga final a la desesperada. El 4-2 todavía fue indulgente con un equipo quebrado y sin respuestas durante toda la noche que merecidamente se queda sin el oro. Este viernes, a las 15.00, en Lyon, solo le queda el consuelo del bronce ante Alemania, que perdió 1-0 con Estados Unidos. La gloria olímpica quedó muy lejos de las rutilantes campeonas del mundo. Este martes, se acabó su año triunfal con un costalazo enorme. En Marsella, España solo se pareció a España en el nombre.
El ondulante Velodrome mudó de alma de un día para otro. De la Bombonera marroquí en las semifinales masculinas se pasó al ambiente apacible y veraniego en el choque femenino en un escenario que se quedó semivacío (solo abrió al público el primero de los tres anillos). Pero paz es todo lo que no tuvo España, mutilada ya en el primer parpadeo por un error grosero de Cata Coll. El inicio de una noche que se cayó a trozos. “Pido perdón a mis compañeras y a la afición. No he estado, esa es la realidad. He dormido poco y ha sido un día duro”, se sinceró la guardameta.
La portera tenía delante a dos jugadoras, la brasileña Priscila e Irene Paredes. ¿En qué dirección intentó despejar? Justo por ahí. El balón tocó ligeramente en la sudamericana e impactó de lleno en la central hasta acabar dentro. El 1-0 pudo considerarse un accidente, pero lo que ocurrió después no fue nada casual. La peor España en tiempos se movía en el campo como un títere ante la Canarinha. Otra vez, igual que contra Colombia, las jugadoras de Montse Tomé desplegaban un fútbol flácido frente a un rival vigoroso.
Cambios en el once
Las brasileñas presionaban arriba o esperaban atrás para lanzar dentelladas al cuello. Por cualquiera de los dos caminos salían victoriosas, sobre todo con el juego directo. La ex del Atlético Ludmila era un tormento por la derecha. Lo sufría Olga Carmona y cualquiera que apareciera por ese carril. No había manera de que España amansara a la fiera. Cualquier intento de imponer desde el toque moría rápido y la defensa se caía a pedazos.
Un balón largo de Vitoria Yaya mostró todos los socavones de la zaga. Priscila le ganó el pulso a Ona Batlle como a una colegial, aunque luego erró ante Coll. España era una casa de papel que confirmó su quiebra al borde del descanso cuando a Portilho nadie la defendió dentro del área. Después de un par de fallos ante el marco, a la tercera la sudamericana agradeció la soledad y afinó mejor.
El abrasivo duelo de cuartos contra Colombia había empujado a Montse Tomé a meter aire al once inicial: Laia Codina por Laia Aleixandri, Teresa Abelleira por Patri Guijarro, Jenni Hermoso por Alexia Putellas y Eva Navarro por Athenea del Castillo. La inferioridad, sin embargo, se debía a un fallo sistémico más que a nombres puntuales. En todo caso, Tomé deshizo una de sus novedades en el descanso (Del Castillo por Navarro). El desastre no tuvo excepciones, salvo el arranque final de Salma Paralluelo y los intentos de Alexia Putellas.
Atrás, Paredes volvía a dejar una pobre actuación. La capitana fue la protagonista de un error fatal en una entrega nada más regresar de la pausa. La central, que se ha ganado fama de fiable, sumó otro encuentro atrás de flojera. Superada en cuartos por la colombiana Mayra Ramírez antes de que se redimiera con el empate en el descuento, ayer se le dislocó el pie, aunque Jhennifer no lo aprovechó.
Lo único que mantenía a España agarrada de una mano al duelo era la escasa pericia de las brasileñas ante la meta de Cata Coll, que volvió del descanso sin la máscara que protegía su cara después del golpe que sufrió ante la Canarinha en el duelo de la fase de grupos (2-0 para la selección). Sin fútbol, las españolas apelaban a la cábala como si ahí estuviera la solución.
No ha sido nuestro mejor torneo y eso te penaliza. Encajamos goles que no solemos recibir
Aitana Bonmatí
Tomé optó por relevar a Paredes por Aleixandri (central por central), pero la crisis española no era un asunto puntual. Las ocasiones de Brasil (18ª en el Mundial de hace un año) se sucedían ante una selección abierta en canal y tiroteada desde todos los frentes.
A Jhennifer le faltó un número de pie para el tercero, el larguero frenó a Adriana, pero en el rechace pudo embocar el 3-0. Entonces, la seleccionador recurrió a Putellas y España se lanzó al imposible. Paralluelo cazó un balón aéreo y a Putellas, en pleno arranque de orgullo, estampó una en el larguero y al instante lo intentó de lejos. Eso no entró y a España solo le quedó dejar su último sainete en defensa. Un error grave de Oihane Hernández acabó con Kerolin colandole el balón por debajo de las piernas a Coll. Paralluelo le echó en el descuento maquillaje al marcador de una noche de pesadilla para España. “No ha sido nuestro mejor torneo y eso te penaliza. Encajamos goles que no solemos recibir. Pero ahora no nos podemos ir de aquí sin ninguna medalla”, cerró Aitana Bonmatí, que se quejó de las pérdidas de tiempo de las brasileñas.
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